FRANCIS MARION CRAWFORD
Llegó a Sorrento para pasar su luna de miel en el Hotel Cocumella, pero le gusto tanto la zona que decidió quedarse a vivir allí para siempre.
Eligió vivir en una casa con vista al mar en el borde del denominado Golfo de Pecoriello.
Junto a su esposa, Elizabeth Berdan, tuvo cuatro hijos: Leonor, Harold, Clara y Bertram.
Los hijos varones dejaron Italia para luego trasladarse a Inglaterra. Bertarm, el más joven, se casó con una inglesa con la que tuvo una vida brillante en clubes exclusivos y canchas de tenis.
En la villa de S. Cordero, Crawford murió el Viernes Santo, 9 de abril de 1909, con sólo 55 años de edad.
A su muerte, la casa fue heredada por su hija mayor Eleanora.
Los que se quedaron en la casa de la familia Sant’Agnello fueron su hija mayor, Eleonora noble de Pedro Peña de Roccapadula, con quien tuvo dos hijos: Leo y Honorio.
Eleonora después de la muerte de su madre continuó siendo el motor principal de Villa Crawford, y siguió la tradición de su padre, manteniendo esta obra de caridad para los necesitados. Fue ella quien mantuvo vivas las relaciones estrechas con muchos amigos americanos.
La hija preferida, se hizo monja y entró en la comunidad de las Esclavas del Sagrado Corazón, y estuvo activa entre Europa y Japón. Harold se casó con un inglés y él también murió joven durante la Gran Guerra.
Dejó un hijo, Howard Francis actor de cine; cuyo único hijo Charles Francis vive ahora en el sur de Inglaterra.
Leo y Honorio, quien también era un sacerdote.
Leo se convirtió en un abogado y, en su madurez, jesuita.
La educación católica y la práctica de la familia filantrópica, colocaron el esplendor de la villa en el fondo, calmando la opulencia de los lugares frente a las necesidades materiales y espirituales de los visitantes.
Fue un hombre educado y sacerdote consciente, y se convirtió en un músico de talento y compositor. Con la muerte de su padre, quien no estaba de acuerdo con su elección de vida, se hizo sacerdote y guía espiritual de muchos jóvenes para quienes fue un punto de referencia e inspiración. En su formación católica llevó a muchos de ellos a su casa, Villa Crawford.
En 1974, y con pocos meses de diferencia, muere Don Onorio y luego la madre.
Se abrieron a la generosidad y donaron la casa y el parque adyacente Instituto María Auxiliadora.
“Hoy en día se usa constantemente y de forma tenaz por las hermanas de Don Bosco, quienes mantienen viva la memoria del lugar, sus raíces, y la historia de quienes vivían allí.”